El
PDC inicia un proceso de elecciones internas de enorme importancia. El próximo
17 de marzo definiremos la nueva directiva nacional del partido, con el
sistema de un militante un voto, en elecciones libres, abiertas, participativas
y democráticas. A esta directiva nacional le corresponderá una serie de tareas,
tales como la conducción partidaria en un proceso de primarias de la oposición con
nuestro abanderado Claudio Orrego, definir la plantilla parlamentaria y - lo
más importante - definir y concordar con la oposición un programa de gobierno
que represente a una nueva mayoría social y política.
Todo
lo anterior para ganar las elecciones de noviembre del presente año y colaborar
en la instalación de un próximo gobierno, del cual se espera muchas
transformaciones necesarias para el país.
El
Movimiento de Refundación del PDC ha decidido presentar una lista a esta
elección, en la convicción de que es necesario hoy poner término a la forma de
conducción que se ha venido practicando en el PDC, estilo que se caracteriza
por la ausencia de participación de la militancia en las decisiones políticas.
Para el PDC la participación es consustancial a la democracia, de manera que sin
participación real y efectiva, no hay democracia.
Queremos
recuperar nuestra identidad, la que nace de la Doctrina Humanista Cristiana y
que nos distingue de las demás opciones políticas. No tenemos nada nuevo que
decir, sólo nos interesa ser fieles a nuestra Doctrina, principios y valores y
al legado de quienes fundaron el PDC y en eso seremos intransigentes. Nuestra
propuesta electoral reafirma el sentido popular, idealista y revolucionario del
PDC.
Aspiramos
a conducir el Partido con la plena participación de la militancia, poniendo en
práctica los mecanismos estatutarios para la organización y funcionalidad de la
base militante. Entendemos el Partido integrado por personas, con dignidad y
libertad, con derecho a expresarse y a ser escuchadas. La acción política debe
reflejar las aspiraciones e inquietudes de la mayoría militante, y para eso es
necesario escucharlos. Si nos enorgullecemos de haber contribuido a conquistar
la democracia derrotando a la dictadura de Pinochet, sentimos vergüenza al ver que
no se practica al interior del Partido.
Recuperar
el PDC es una obligación de toda la militancia. Hoy día en esta elección,
representamos esa opción.
Responsablemente
hemos rechazado la posibilidad de una mesa de unidad o consenso, que en
términos sencillos significa un acuerdo de los grupos oligárquicos en torno a
nueve nombres y – por sobre todo – en torno a quien encabece dicha lista, dejando
de lado el debate y las definiciones que necesariamente genera un proceso de
elección con diversas alternativas y posiciones políticas, sobre todo cuando
existen diferencias. En tal sentido, mantenemos una fuerte crítica a la cultura
oligarca reinante al interior del partido.
En
definitiva, la próxima mesa nacional del PDC tendrá que enfrentar grandes
desafíos, entre los cuales están las implicancias políticas y prácticas de ser
un partido de gobierno – en la medida que la soberanía popular así lo
establezca - de ahí el interés que ha despertado su proceso electoral.
Para
lograrlo hemos elaborado las siguientes propuestas, pues queremos reivindicar
una política "En la medida de lo imposible".
1° Pleno apoyo a Claudio Orrego quien
debe llevar un programa de gobierno mandatado desde las bases
La
próxima mesa nacional debe tener un irrestricto apoyo y lealtad a la candidatura
de Claudio Orrego a las primarias de la oposición. Experiencias como el
descompromiso con la candidatura de Soledad Alvear, por parte de la mesa
nacional de aquella época, no se pueden repetir al interior de la DC.
Para
conseguirlo la DC requiere que se produzca un proceso de discusión amplia y
participativa que involucre a nuestros militantes, simpatizantes y a los
actores del mundo social, mediante el cual, se genere las bases de un programa
de gobierno que interprete al Chile real.
Claudio
Orrego deberá ejercer la principal vocería de las propuestas de la Democracia
Cristiana, las cuales deben comenzar por los acuerdos del V Congreso del PDC,
sin duda deben ser la base sobre la cual se construye la propuesta programática
de la DC. Corresponde a la mesa nacional la implementación participativa de
dichas propuestas y a la militancia su deber de colaborar con nuestro candidato
en esta construcción programática.
Las
elecciones internas de mesa nacional tienen que ser una oportunidad para
debatir los temas programáticos que se presentarán a la ciudadanía por parte de
la DC y tenemos que generar una metodología participativa para que, desde el 18
de marzo, se convoque a la Democracia Cristiana a un “Estado de Congreso
Programático” donde se desarrolle un proceso en las comunas, regiones y en los diversos
sectores de la realidad nacional – y que debe terminar en un gran Congreso
Nacional Programático - para construir las bases del programa de gobierno que
la DC presentará a la primaria de la oposición del 30 de junio y cuyos acuerdos
deben ser vinculantes para todas las autoridades del partido y para todos
nuestros candidatos y candidatas.
Esta
forma de elaborar un programa de gobierno debería ser un primer paso para
construir una nueva forma de lograr acuerdos a partir del debate en las bases,
recuperando la tradición de debatir en Juntas Comunales y elegir a las
autoridades comunales en dichas instancias.
2° Congreso Ideológico
Nos
hubiese gustado realizar un Congreso Ideológico, pero desgraciadamente se perdió
dicha oportunidad entre los años 2011 y 2012. Ahora podemos generar un proceso
participativo desde las bases partidarias para definir nuestra propuesta
programática dejando de lado el proceso de oligarquización en que ha caído
nuestro partido.
El
VI Congreso Nacional del PDC será una tarea pendiente que tendrá que
desarrollarse – impostergablemente – durante el 2014.
3° Primarias para elegir candidatos
o candidatas a diputados en los 60 distritos del país
En
el plano parlamentario planteamos que debiese haber elecciones primarias
abiertas de toda la oposición que esté dispuesta a participar con un abanderado
presidencial unitario y un programa de gobierno. Deberíamos convocar a
elecciones primarias en cada uno de los 60 distritos del país para elegir a los
dos candidatos/as a diputados. La elección de primarias de la oposición para
conformar la lista a diputados tiene que realizarse en el mes de mayo y ser un
proceso totalmente independiente de la primaria del 30 de junio para elegir
nuestro candidato presidencial. En la definición del nombre que la DC
presentará en dichas primarias, el partido debe respetar los acuerdos del V
Congreso y realizar primarias internas el 07 de abril próximo.
Debemos
impulsar el límite de número de reelecciones en cualquier cargo de elección
popular a dos períodos.
4° Eliminar la corrupción de los
militantes DC e investigarlas a profundidad
Debemos
terminar con el conflicto de intereses que existe en Chile entre la política y
los negocios, desarrollando un fuerte control ético al interior de la
Democracia Cristiana frente a cualquier denuncia responsable que se haga en
dicho ámbito que no sólo considere la legalidad vigente sino que también la
condición ética de servidores públicos de las mujeres y hombres militantes
demócratas cristianos. Tenemos que ser drásticos en cualquier acto de
corrupción y responsables para formalizar cualquier denuncia.
5° Organización comunitaria
participativa, comprometida y solidaria
En
el plano interno, tenemos que desarrollar una propuesta de estructura orgánica
y funcional del PDC más moderna, participativa, dinámica y democrática bajo el
fundamento de una mejor participación de las bases partidarias. Propuesta que
tiene que ser generada y profundizada desde las mismas bases.
Consideramos
que se debe convocar a elecciones internas de toda la estructura territorial
del PDC para el mes de julio del año 2013, una vez terminado todos los procesos
de primarias de definición de candidatos/as de elección popular y antes de que
se inicie el periodo de campaña presidencial con los/as candidatos/as al
parlamento y nuestro abanderado presidencial.
6° Una nueva Constitución Política
para Chile
Como
candidatura, nos declaramos partidarios de un nuevo modelo de desarrollo humano
para Chile, elaborando una nueva Constitución Política a través de una Asamblea
Constituyente electa democráticamente por todos/as los/as ciudadanos/as, que
garantice una democracia participativa, eliminando el rol subsidiario del
Estado y fortaleciendo un Estado de derecho social, comunitario, solidario y
democrático, un plebiscito vinculante como mecanismo para resolver los
grandes temas nacionales y una reforma del sistema político que
considere el cambio del sistema electoral binominal por otro de carácter
proporcional. Como un primer paso en este proceso, impulsaremos una
consulta ciudadana plebiscitaria sobre la actual Constitución. Se deben
proponer nuevos equilibrios políticos entre el Ejecutivo y Legislativo
recuperando para este último la real facultad de proponer y producir la ley.
7° Propuesta de Gobierno Demócrata
Cristiana
Recogemos
los postulados, definiciones y acuerdos del V Congreso Ideológico y
Programático como base de nuestras definiciones del próximo programa de
gobierno. Algunos de los temas fundamentales que tiene que recoger la propuesta
de gobierno demócrata cristiana son:
1. Una
nueva política pública de conservación, administración, explotación,
industrialización y comercialización de nuestros recursos naturales,
principalmente impulsar fórmulas para la renacionalización del cobre, la
nacionalización y defensa del litio, peces y del agua, que implique un rol más
activo del Estado chileno, cuyo estatuto jurídico debe considerar la protección
de dichos recursos para fortalecer un modelo de desarrollo conforme a los
intereses de la mayoría del país y no de los grupos económicos.
2.
Una educación pública gratuita y de calidad para todos y todas los que quieren
acceder a ella, estableciendo la desmunicipalización de la educación pública y
el término del lucro en la educación subvencionada.
3.
Una profunda reforma en la Educación Superior que permita asegurar la calidad y
pertinencia de las carreras impartidas, regular la formación de profesionales y
técnicos acorde a las necesidades de nuestro país, asegurando que el ingreso a
estos establecimientos sea por mérito, no por capacidad económica, cautelando
la excelencia de sus egresados/as y eliminando toda zona gris que permita
lucrar con estos planteles. Complementario con lo anterior, devolver a los
colegios profesionales la colegiatura obligatoria y el control ético de sus
asociados, perdido durante la Dictadura en 1981.
4.
Impulsar políticas públicas que fortalezcan la salud pública y se regule la
exagerada ganancia de las Isapres.
5.
Iniciar un proceso de regionalización y descentralización, con poderes
ejecutivos y legislativos regionales elegidos por votación popular, promoviendo
regiones con autonomía financiera y política y tratamiento especial a las zonas
extremas, de forma tal que puedan retener a las nuevas generaciones
brindándoles oportunidades de desarrollo y participación.
6. La
dictación de un nuevo Código del Trabajo que considere y garantice la
participación de mujeres y hombres trabajadores - públicos y privados - de
todos los sectores de la economía nacional en la negociación colectiva,
considerando la posibilidad de la negociación interempresas, con el
reconocimiento legal de las organizaciones de trabajadores de carácter
nacional; el fortalecimiento de la organización sindical con sistemas de afiliación
automática de los trabajadores garantizando la libertad sindical, y la
eliminación del reemplazo de trabajadores después de 15 días de huelga legal;
la protección a las y los trabajadores de empresas contratistas, instrumento
del cual abusan las empresas para reducir beneficio y garantías; el impulso de
la ampliación del trabajo femenino y de los jóvenes estableciendo beneficios a
los empleadores y protecciones a los trabajadores.
7.
Un nuevo trato hacia los pueblos originarios, reconociendo su existencia
constitucional, preocupándose de su marginación cultural, considerando su
autonomía organizacional y su real incorporación al desarrollo nacional.
8. Una
reforma al sistema de AFP, remplazando el sistema individual de capitalización
previsional por uno solidario que permita una jubilación decente para cada
uno/a de los/as trabajadores/as y una verdadera política de igualdad de género.
Un nuevo modelo previsional para las y los trabajadores independientes y que
permita rellenar las lagunas provisionales abonando a sus cuentas con el
propósito de que al final su jubilación sea la justa y de calidad e igualdad
como la de los trabajadores dependientes. Proponemos como medida transitoria la
formación de una AFP estatal.
9. Cambiar
la matriz energética, buscando energías alternativas y sustentables con el
medio ambiente.
10. Reformas
necesarias para terminar con el sistema monopólico de los medios de
comunicación social y masivos.
11. Un
nuevo estatuto jurídico de la inversión extranjera que promueva el ingreso de
recursos al país, pero que incentive proyectos que den valor agregado a la
economía chilena, que ingresen tecnología e innovación, nuevos procesos
productivos, industrialización, calificación y capacitación del recurso humano
nacional, mejoras a los códigos de buenas prácticas laborales, una mayor
integración con el medio ambiente y una serie de objetivos estratégicos que se
deben definir conforme a un nuevo modelo de desarrollo para Chile.
12. Una
Reforma tributaria equitativa, con incentivos a la micro, pequeña y mediana
empresa y una mayor carga tributaria a la gran empresa.
13. Asumir
compromisos con verdaderas políticas de igualdad de género, redefiniendo los
roles sociales e impulsando un conjunto de medidas que estimulen y garanticen
la participación laboral, política y socio-cultural de las mujeres.
14. Reimpulsar
una profunda participación comunitaria, dotando a las organizaciones vecinales
y comunitarias de facultades y atribuciones que las transformen en actores
relevantes y decisivos de poder comunitario.
15. Impulsar
políticas públicas que impidan hacer una apología al endeudamiento y presentar
un proyecto de ley, modificando el interés máximo a los créditos de consumo y a
los créditos generales de la banca.
16. Una
reforma y modernización del Estado, para mejorar su rol en favor de los
sectores medios y populares y teniendo como el eje medular el reconocimiento de
los derechos individuales y colectivos de los trabajadores estatales, la
dignificación de servicio público, su estabilidad laboral y el respeto a la
carrera funcionaria.
17. Una
defensa permanente de los Derechos Humanos estableciendo políticas públicas de
promoción y fortalecimiento de la institucionalidad vinculada a los DD.HH. como
a la Memoria nacional sobre los hechos horrendos ocurridos durante la
Dictadura.
18. Una
nueva política cultural, inclusiva, con la participación de los diversos
actores culturales y que asuma una nueva institucionalidad que recoja la
protección del patrimonio cultural y el desarrollo de las diversas expresiones
artísticas y culturales de la población chilena.
19. Legislar
para que el Estado recupere su rol como protagonista del desarrollo urbano,
asumiendo totalmente la planificación del territorio nacional y entregándole
las herramientas para combatir la especulación en la plusvalía del suelo, con
una política habitacional participativa y que combata la segregación social.
20.
Eliminar las medidas de discriminación arbitraria en contra de las MIPYMEs y
dictar un marco regulatorio diferenciado, que permita a estas empresas
constituirse y funcionar adecuadamente.
8° Debate sobre un
modelo de desarrollo humano alternativo
Por
lo anterior, la próxima conducción nacional del Partido Demócrata Cristiano
debe generar las condiciones para un debate sobre un modelo de desarrollo
humano alternativo al modelo actual y buscar procesos de convergencia de una
nueva mayoría social y política que implique la construcción de una nueva
coalición de gobierno para derrotar a la derecha en el proceso electoral
de noviembre de 2013. En definitiva, la Democracia Cristiana debe impulsar un
nuevo modelo de desarrollo humano coherente con los principios y valores del
socialcristianismo o del humanismo cristiano.
Una
nueva mayoría transformadora para Chile requiere de la convergencia de todos
los actores sociales y políticos, por ello, la Democracia Cristiana reafirma su
vocación de partido popular, nacional y de vanguardia, que junto a los partidos
democráticos y de vocación nacional y popular, avanza sobre una nueva alianza social
y política por los cambios estructurales (políticos, sociales y económicos y
culturales) que el pueblo chileno reclama. Este espacio de participación
ciudadana, incluirá también a los chilenos y chilenas que residen en el
exterior, quienes con su participación y voto construyen también nuestra
democracia. En definitiva, corresponde a la próxima gestión generar las
condiciones para un debate sobre un modelo alternativo no capitalista de
desarrollo, buscando la convergencia de todos los movimientos sociales y
fuerzas progresistas y transformadoras.
9° Vocación integracionista y
latinoamericanista
La
Democracia Cristiana debe reafirmar su vocación integracionista y
latinoamericanista, con un profundo compromiso con los derechos humanos,
la democracia y la integración como bases de una América Latina unida,
solidaria y libertaria. Por tal razón planteamos una visión crítica de la forma
como se ha conformado la ODCA (Organización Demócrata Cristiana Americana) y el
rol que está jugando el PDC chileno. La importancia de este debate no es menor,
frente a una fuerte tendencia liberal, con una “robusta” influencia de la DCU
alemana, del PP español y del PAN mexicano – con control en la ODCA –se
contrapone una tradición popular del PDC chileno similar al uruguayo y
paraguayo.
10° Compromiso permanente de
transformación social para Chile
Llamamos
a asumir a la DC como un potente instrumento de transformación social al
servicio de los sectores más vulnerables y de las capas medias atormentadas por
los intereses de los grandes grupos económicos, presentes en toda nuestra vida
cotidiana (salud, educación, previsión, etc.) volviendo a nuestras raíces como
un partido de inspiración democrática y cristiana. Debemos actuar con la
coherencia y convicción de que somos un partido del pueblo de Chile.
Esperamos
que la militancia demócrata cristiana vote en conciencia el 17 de marzo,
conforme a su propia posición frente al debate planteado y no conforme a los
intereses de la oligarquía. Es el momento de hacer las cosas "En la medida
de lo imposible".
Fraternalmente,
Candidatura Mesa Nacional Movimiento
Refundación PDC
Presidente: Leonel Sánchez
Jorquera
Primer Vicepresidente: Manuel
de la Roza Arenas
Segundo Vicepresidente:
Patricio González Ayala
Tercer Vicepresidente: Viviana
Quiero Zárate
Cuarto Vicepresidente: Gastón
Gallegos Vásquez
Quinto Vicepresidente: Jorge
Bustos Cáceres
Sexto Vicepresidente: David
Acevedo Gahona
Séptimo Vicepresidente:
Fabiola Alejandra Yanquez Vidal
Secretario Nacional: Carlos
Dupré Contador
Santiago, 15 de febrero de 2013